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La Masonería es la primer organización fraternal del mundo y la más grande

Es una escuela de pensamiento y un sistema de ética basado en la creencia de que cada hombre tiene la responsabilidad de mejorarse y de mejorar su entorno.

Nuestros valores

Principios masónicos

Miembros históricos

Nuestros valores

Se constituyen sobre una serie de preceptos universales que enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. La Masonería busca la solidaridad de los valores intelectuales y éticos para lograr la armonía en las conductas.

Ética
Nuestras vidas se basan en honor e integridad. Creemos que la honradez, la compasión, la confianza y el conocimiento son importantes.

Tolerancia
La fraternidad valora diferencias religiosas, étnicas, culturales, sociales y educativas. Respetamos las opiniones diversas y nos esforzamos en mejorar y convertirnos en mejores seres humanos.

Crecimiento personal
Creemos que la búsqueda continua del conocimiento, de la ética, de la espiritualidad, trae más significado a nuestras vidas.

Filantropía
Trabajamos en nuestras comunidades con el propósito de prodigarnos y aportar a las mismas con voluntarismo caritativo.

Familia
Nos esforzamos para ser mejores compañeros, mejores padres y mejores miembros de la sociedad en que vivimos. Acompañamos el bienestar de nuestros miembros y de sus familias, especialmente cuando están en necesidad.

Libertad
Los masones valoran las libertades contorneadas en la Constitución de la República Argentina, y promueven continuamente la libertad del discurso y de la expresión, la libertad para adorar un ser supremo de una manera individual, y demás libertades importantes. Creemos que es nuestro deber participar plenamente de la democracia para ejercitar todas nuestras libertades dentro de los límites debidos y apropiados.

Principios masónicos

Nuestra institución es esencialmente filosófica, filantrópica y progresista, cuyos principios son la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; sostenidos por el lema: Ciencia, Justicia y Trabajo.

Es Filosófica
Porque orienta al hombre hacia la investigación racional de la leyes de la naturaleza; invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica; busca la reflexión filosófica, la penetración del sentido espiritual del movimiento de la historia; contempla en cada tiempo histórico las nuevas inspiraciones doctrinarias y asimila, de cada sistema filosófico, lo que pueda significar el aporte al patrimonio de la verdad abstracta, más allá del tiempo y del espacio.

Es Filantrópica
Porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y sus recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, razas, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias, algunos apóstoles de la Orden han expresado en frases sintéticas el espíritu ecuménico que anima a la Masonería: “Toda la especie humana es una sola familia dispersa sobre la faz de la Tierra; todos los pueblos son hermanos y deben amarse unos a otros como tales. Desdichados los impíos que buscan una gloria cruel en la sangre de su hermano”. (Ramsey, 1725)

Es Progresista
Porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de conciencia. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad, desechando el fanatismo y abordando sin prejuicios todas las nuevas aportaciones de la invención humana; estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes, y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad.

Libertad, Igualdad, Fraternidad

Libertad de la persona humana y de los grupos humanos ya sean instituciones, razas o naciones, y en todos sus aspectos, es decir, libertad de pensamiento y de movimientos.

Igualdad de derechos y obligaciones de los individuos y grupos humanos sin distinción de religión, raza o nacionalidad.

Fraternidad de todos los hombres, y de todos los pueblos y naciones; porque todos los seres humanos nacen libres e iguales en derechos y en dignidad. Un alto espíritu de fraternidad inspira los actos de la Masonería.

Ciencia, Justicia, Trabajo

La Ciencia logra el esclarecimiento del espíritu y la jerarquización de los valores intelectuales, así como la discriminación del saber humano, armonizando la aspiración a la verdad con el reconocimiento de las posibilidades del hombre. Es fuente de modestia, cualidad que se opone al orgullo y al dogmatismo intelectivo que muchas veces separan a los hombres.

La Justicia es necesaria para equilibrar las relaciones humanas y para educarnos en la adaptación a las evoluciones sociales.

El Trabajo, que es condición fundamental de la existencia humana, debe ser para el masón un mecanismo creador de vida espiritual. Por el trabajo, el hombre se dignifica y se hace económicamente independiente dentro de la sociedad civilizada.

En síntesis, la Masonería postula el mejoramiento intelectual, moral y social del hombre y el progreso de la sociedad humana; lograr una evolución dinámica del hombre y del mundo sin menoscabar las tradiciones, la experiencia y los ritos del pasado, y olvidar las pasiones y los interese materiales para alcanzar la serenidad del juicio y de acción tan necesaria en los momentos decisivos de toda labor humana.

Miembros históricos

Consultando la Historia de la Humanidad se adquiere el convencimiento de que la Masonería es una de las organizaciones que más ha contribuido al progreso moral, intelectual y social de los pueblos en el mundo.

Ninguna otra organización ha realizado trabajos y sacrificios tan importantes ni ha sido tan perseguida por los déspotas, fanáticos y enemigos de la luz. Y ninguna sociedad ha reunido en su seno a tantos hombres ilustres a lo largo de la historia humana.

Han sido masones filósofos como Voltaire, Goethe y Lessing; músicos como Beethoven, Hayden y Mozart; genios rectores como Federico el Grande, Napoleón, Garibaldi, Martí, Miranda, Cavour y Bolívar, poetas como Byron, Lamartine y Víctor Hugo; escritores como Castelar, Bacon, Mazzini y Kipling; científicos como Lalande, Condorcet y d´Alembert.

También han pertenecido a la Orden Masónica algunos ilustres prelados católicos, entre otros: el cura Hidalgo, paladín de la libertad mejicana; el padre Calvo, fundador de la Masonería Centroamericana; el Doctor Ramón Ignacio Méndez, arzobispo de Venezuela, y , en la Argentina, Julián Segundo Agüero, Aurelio Herrero, Pedro Perdriel, Cayetano y Gregorio Rodríguez, y Santiago Figuered.

Entre los Masones Ilustres Argentinos podemos mencionar a José de San Martín, quien nos dio patria y libertad. Manuel Belgrano, creador de nuestro pabellón nacional. Vicente López y Planes quien nos legara el Himno Nacional.

En la nómina de los presentes en la Convención Nacional Constituyente de 1860 (reformadora de la Constitución de 1853) buena parte de los miembros firmantes del despacho, eran masones. Así Mariano Fragueiro (su presidente), Domingo F. Sarmiento, José Benjamín Gorostiaga, Nicasio Oroño, José María Gutierrez, Irineo Portela, Salvador María del Carril, José Francisco Seguí, José Mármol, Benjamín Victorica, Wenceslao Paunero, Nicanor Albarellos y el de los actores directos: Bartolomé Mitre, Santiago Derqui y al Gral. Urquiza, también masones.

Formaron parte del máximo tribunal argentino, Suprema Corte de Justicia, Salvador María del Carril, José Barros Pazos, José Benjamín Gorostiaga, José Figueroa Alcorta, Benjamín Victorica, Antonio Bermejo, Roberto Repetto y Antonio Sagarna.

Masones fueron varios presidentes de la República Argentina: Rivadavia, López y Planes, Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Sarmiento, Juárez Celman, Pellegrini, Manuel Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen, Agustín P. Justo.

Prestigiaron nuestro Congreso Nacional: Leandro N. Alem (ex-Gran Maestre), Aristóbulo del Valle, Joaquín Castellanos, Emilio Gouchón (ex-Gran Maestre), Belisario Roldán, Luis María Drago, Valentín Alsina, Delfín Gallo, Juan Balestra, Carlos Conforti, Juan Luis Ferrarotti y Lisandro de la Torre, en unión de cientos de otros legisladores masones.

Fueron masones los bardos de nuestra poesía gauchesca: Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo y José Hernández.

Dentro de la cultura, la literatura y el pensamiento argentino recordamos a : Eduardo Wilde, Olegario V. Andrade, Onésimo Leguizamón, José Mármol, José María Ramos Mejía, Eugenio Cambaceres, Joaquín V. González, Agustín Alvarez, Leopoldo Lugones, Alejandro Korn, José Ingenieros, Diego Fernandez Espiro, Esteban Echeverría, Miguel Cané, Santiago Fitz Simón, Juan J. García Velloso, Eusebio Gómez.

En las ciencias y la educación, encontramos a hombres como : Florentino Ameghino, Nicanor Albarellos, Manuel Augusto Montes de Oca, José María Moreno, Martín Spuch, Lucio V. López, Manuel Ricardo Trelles, Antonio Zinny, Amancio y Diego Alcorta, Eugenio Bachmann, Samuel Gache, José María Gutiérrez, Ricardo Gutiérrez, Guillermo Rawson, Alejandro Rosa, Eduardo L. Holmberg, Cristóbal Hicken, Eliseo Cantón, Carlos Durand. José Penna, Cosme Argerich, Ignacio Pirovano, Telémaco Susini, Carlos F. Melo, Rodolfo Rivarola, Víctor Mercante, Rodolfo Senet, Pedro Scalabrini, Pablo Pizzurno, Manuel Hermenegildo Langenheim, Manuel José Langenheim y César S. Langenheim.

Entre los cultores de las artes plásticas y pictóricas debemos mencionar a: Prilidiano Pueyrredón, Ignacio Manzoni, Carlos F. Pellegrini, Martín Boneo, Rogelio Yrurtia, Ernesto de la Cárcova.

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