Para ingresar a la Masonería no es necesario poseer fortunas, ni conocimiento y aptitudes intelectuales extraordinarias, ni dotes morales excepcionales. Los únicos requisitos mínimos exigidos son: ser hombre libre y de buenas costumbres; ser mayor de 18 años; y poseer inteligencia y cultura necesaria para comprender y practicar las virtudes masónicas.

Hombre libre es aquel que tiene libertad para expresar sus pensamientos, no acepta imposiciones que atenten contra sus principios, ni está sujeto a la voluntad de un tercero. No está atado a ningún dogma que oscurezca su inteligencia y pervierta sus sentimientos, y carece de vicios que lo esclavicen. Para ser hombre de buenas costumbres debe obedecer la Ley del país en que reside, venerar a su patria y honrar a su familia. Ser respetuoso con las creencias políticas y religiosas de sus semejantes. Deberán imponerse en él la seriedad de los conceptos, el decoro de las formas y observar una conducta moral y la ética en su vida pública y privada.

Puede ser por la invitación de un masón, que se dé a conocer como tal, e indique los pasos a seguir; o bien puede solicitarse la admisión por correo (postal o electrónico) a una Logia local o a la Gran Logia argentina. El interesado deberá proporcionar una serie de datos personales que se detallan en el formulario; luego la Logia realizará, de forma discreta y delicada, las averiguaciones que considere pertinentes para avanzar en el proceso. De no tener antecedentes de conducta, moral o social, reprochables y, por lo tanto, no haber objeciones para su admisión, se le comunicará la fecha para su ingreso.