Momento de “hacer historia” de las mujeres de la masonería rosarina

Momento de “hacer historia” de las mujeres de la masonería rosarina

Momento de “hacer historia” de las mujeres de la masonería rosarina 642 361 Logia San Martín Nº 186 - Masonería en Rosario

Las integrantes de una de las logias locales se presentaron por primera vez en público y coordinaron una recorrida por el cementerio El Salvador.

“Este es un momento donde nos toca, como mujeres, hacer historia”, dice sin dudar, pero pausadamente, Ileana Pitón, integrante la Respetable Logia Flora Tristán del Gran Oriente Simbólico Femenino de la República Argentina. La logia existe en la ciudad desde marzo de 2014 —se podría decir que es un recién nacido al lado de la ramas femeninas de la masonería de Europa en el siglo XVIII—; sin embargo, ella y las decenas de mujeres que la integran se mostraron ayer por primera vez en un encuentro público como integrantes de la logia y evidenciaron así que ese es también un espacio de disputa donde vienen conquistando la igualdad a brazo partido. “Mostrarnos es una forma de responder que la masonería no es sólo de varones, que es una pregunta que muchos se hacen y nos hacen”, agregó Pitón, a poco de haber concluido con sus compañeras un recorrido especial por el cementerio El Salvador, que ellas mismas condujeron, reconociendo en el arte funerario los elementos de la masonería inscriptos en decenas de las tumbas y mausoleos de la ciudad.

La actividad forma parte del ciclo de visitas que el Área de Preservación del Patrimonio de los Cementerios Municipales viene llevando adelante, y que en este mes de la mujer, indicó su coordinadora, Sylvia Lahitte, convocó a otras mujeres para “descubrir estos espacios que son parte del pasado de la ciudad y la región, y que conservan datos importantísimos de la historia que se detecta en los elementos tangibles y no tangibles de cada una de sus construcciones”.

Por eso, el desembarco de las mujeres de la masonería en la mañana de sábado no fue casual en la puerta de Ovidio Lagos 1840 y la respuesta del público fue notoria, con la presencia de más de un centenar de personas sumándose al recorrido que se inició sobre las 10.30 y se extendió casi hasta el mediodía.

Claro que la mirada estuvo puesta en los símbolos y elementos de la masonería en el arte funerario, y para eso se presentaron como “un grupo de mujeres librepensadoras” que sobre los pilares de la “igualdad, la libertad y fraternidad” de la Revolución Francesa llevan adelante un “camino de perfeccionamiento a la luz de la razón, a través de la filosofía y las ciencias”.

La historia

Contar la historia de la masonería femenina dentro de los 300 años de existencia que tienen los masones fue un paso obligado, incluyendo el tiempo en que las mujeres sólo podían pertenecer a la logia “por adopción”, ya sea por ser hijas, esposas o hermanas de integrantes varones, hasta el siglo XVIII en países de Europa, en que pudieron ser parte por sí mismas.

“Fue casi un hecho fortuito”, admitieron, pero sucedió y les permitió seguir avanzando hasta la actualidad, cuando en 2009 surgió en Buenos Aires el primer grupo de mujeres, y en marzo de 2014, se replica en Rosario bajo el nombre de Flora Tristán (ver página 9).

“La masonería femenina claramente es mucho más moderna”, cuenta Pitón, y señala que el abandono del rito que por siglos hizo que la pertenencia tuviera que ser secreta, para pasar a ser “discreta”, es lo que les permite ahora mostrarse en público. “Ahora trabajamos en logias mixtas o cada uno en sus espacios; son grupos reservados, pero todos saben que estamos ahí”, dice, y pone énfasis en el rol de las mujeres.

“Nos toca hacer historia —continúa—. Y esta apertura tiene que ver con un cambio en el paradigma social, con un momento histórico de las mujeres en todos los niveles y la masonería no puede quedar afuera”.

Es que la exclusión de las mujeres de la logia masónica era explícita desde 1717, cuando un pastor elaboró estatutos que prohibía su participación “por no ser libres”, explica Pitón, pero agregó: “Logramos nuestra igualdad y luchamos por ella porque hoy los varones entienden que no pueden excluirnos, porque eso va no sólo contra la igualdad, que es uno de los tres principios centrales, sino contra una de las características que tiene el espacio que es el de ser progresista”.

Trascender

Al caminar por El Salvador a la “caza” de los símbolos masónicos, la primera parada obligada y así lo hizo ayer Adriana, que encabezó el recorrido, es la tumba de “Zenón Pereira”, tal como se lee casi en el vértice del triángulo de mármol blanco que forma su mausoleo y sobre el que está la figura del círculo, otro elemento fundamental.

Es que el triángulo, esa forma de energía y austeridad, es uno de los ejes centrales en la simbología masónica y no es raro que se haya elegido para la tumba de quien fuera no sólo el fundador del pueblo santafesino que lleva su nombre, sino además un reconocido integrante de la masonería argentina que alcanzó uno de los grados más elevados dentro de la logia.

Los relojes de arena simbolizando el tiempo y la trascendencia, además del clásico “ojo que todo lo ve en representación del gran arquitecto del universo” en el mausoleo del Juan Cogorno fueron explicados en detalle por una de las integrantes, así como los huesos y las calaveras, la clásica imagen pirata, que no hace más que marcar “de qué modo los hombres y las mujeres son igualados ante la muerte”.

Sin embargo, el cierre del recorrido, se guarda un pequeño nicho, cuya tapa reúne todos los elementos que los masones —constructores en francés— usan para representarse: regla y escuadra, nivel y compás para la construcción, además de la argamasa a un lado, y los ladrillos y las piedras al otro lado. “Todo lo necesario para el camino de construcción —afirmó en el cierre la guía—. Si alguno de ellos falta no se puede avanzar en ese camino de construcción que es primero individual para ser después colectivo”.

Fuente: Diario La Capital – Por Eugenia Langone (Domingo 17 de Marzo de 2019)